Los estudiantes de música de hoy en día viven, consumen y respiran tecnología por todas partes: se comunican por Facebook, fotografían con Instagram y escuchan música con Spotify. Pertenecen a los llamados «nativos digitales». Sin embargo no se les enseña a aprender música con tecnología. Cruzan las puertas del conservatorio como si de una máquina del tiempo se tratara, y presencian metodologías del pasado que en nada se parece a lo que hacen en los institutos, donde ya hay profesores que piden ejercicios vía twitter mediante hashtags o piden hacer un corto sencillo con la cámara del móvil para trabajar un tema de historia.¿Y los conservatorios? Si crees que debes renovar tus metodologías, te interesa conocer las 10 razones por las que un buen profesor de música debe recomendar apps a sus alumnos:
Hace un par de años tener un smartphone podría considerarse un lujo. Hoy en día están tan extendidos como los ordenadores y parece prácticamente impensable que alguien no posea uno, además las apps se han universalizado, habiendo infinidad de apps gratuitas.
2) Son la fuente de conocimiento más cercana de los jóvenes.
La mayor parte del tiempo lo pasan conectados a internet, principalmente a través de un móvil o una tablet. En este espacio convergen ocio y estudios: se ayudan con las dudas de clase por WhatsApp, consultan el diccionario e incluso repasan los exámenes por videos de Youtube. El móvil se ha convertido en su nueva enciclopedia multidisciplinar e instantánea.
Hace años era impensable que un músico pudiera llevar metrónomo y grabadora encima suyo en todo momento. ¿Cuántas veces habéis estado en ratos muertos que podríais haber aprovechado para repasar o estudiar? Repertorio, metrónomo, ejercicios, audios, métodos… todo está al alcance y en nuestro bolsillo. El profesor debe recomendar recursos que complementen o refuercen la formación del alumnado, como pueden ser apps de teoría musical o educación auditiva.
7) Conectados con todo el mundo aquí y ahora.
La interacción con compañeros de profesión en la música es imprescindible. Gracias a las apps y a las redes sociales la comunicación entre gente afín se ha extendido a nivel global. Hace poco estuve en un congreso y conocí a colegas del sector porque nos unió un hashtag del evento en twitter. A estudiantes de todo el mundo se les puede unir por contenidos de clase, interpretación de mismas obras, o conciertos en los mismos lugares. La internacionalización puede hacer ver a los alumnos qué criterios o metodologías se desarrollan en otros lugares enriqueciendo su conocimiento.
Relacionada con el punto anterior, también se debe educar y mostrar al alumnado las ofertas laborales que hay en el campo de la música, que no se reducen a ser concertista o profesor. La interacción con apps y redes sociales es una interesante forma de que los alumnos compartan lo que hacen, se promocionen y descubran su vocación conociendo a gente con los mismos intereses.
9) Las posibilidades a las que pueden llegar las apps son infinitas.
La complejidad de muchas apps ya nos han dejado asombrados en este blog. Es de suponer que a la velocidad a la que evoluciona este campo nos encontremos en una ínfima parte de las posibilidades a las que se puede llegar en todos los sentidos.
Muchas apps que ya hemos comentado en el blog permiten hacer cosas que antes eran impensables (como reproducir una partitura en PDF, transcribir una melodía cantada, o reconocer el tempo al que tocas -como un metrónomo, pero a la inversa, ¡él es el que te escucha!-). Estas apps permiten al alumnado trabajar lectura, entonación, ritmo y muchos más aspectos facilitando una educación integral de los estudiantes.
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Pianista y pedagogo musical especializado en el uso de las TIC aplicadas a la enseñanza y práctica musical.